La inquisición solía perseguir a judios y musulmanes que, supuestamente "conversos", seguían practicando a escondidas su antigua religión. También perseguian a cristianos que no practicaban la religión cristiana correctamente y personas acusadas de brujería. Todos ellos herejes.
La inquisición causó una mala imagen de Castilla y Aragón por toda Europa, ya que era un atraso cultural, político y social.
Cuando la Inquisición acusaba a una persona de herejía, se les juzgaba publicamente en un auto de fe,
un acto público en el que los condenados abjuraban de sus pecados y mostraban su arrepentimiento. Si no lo hacían eran condenados a la hoguera o, en casos más extremos, eran torturados. La Inquisición es conocida mucho por sus torturas: empalamiento, la rueda, la cigueña, etc.
Empalamiento: consiste en clavar a una persona en un palo de tal manera que sea atravesada horizontalmente.
La rueda: se ponía a una persona en una rueda en la cual se le estiraba mientras un verdugo le golpea hasta romperle los huesos.
La cigüeña: sujetaba al condenado
por cuello, manos y tobillo, y lo sometía a una posición incomodísima.
En 1834 la Inquisición española fue abolida tras cuatro siglos gracias a María Cristina de Borbón. Esta fue la Inquisición que más duró en Europa.
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